por Jules B
Nunca he sido un niño normal y eso lo saben quienes me conocen. Desde pequeño hubo un dejo de introspección y fantasía en mi comportamiento que hasta la fecha no se ha perdido del todo (entre otras cosas).
Y hace no mucho, descubrí una razón que le dio sentido a gran parte de mi forma de ser. Algunos dirán que soy un forever, un chavo ruco, que tengo el síndrome de Peter Pan o que mi Geminiana existencia raya en lo ridículo. Y eso porque, la verdad, nunca me he sentido como muchos cuando llegan a mi edad; es decir: seguramente no soy un nuevo cuarentón que se comporte de acuerdo a las normas establecidas para cuando uno llega a ese nivel. ¡Y nunca lo he sido!
Ni a los 15 (era un ñoño retraído), ni a los 20 (era más ñoño aún y a duras penas empezaba a fumar tabaco y trabajaba más bien en ciertas metas de vida), menos a los 30 (cuando ya estaba destrampado viviendo la vida loca, tardíamente) y ahora con mis recién cumplidos 40 tampoco, porque creo que apenas empiezo a madurar, mientras debería tener casa, hijos, seguro social, un crédito en INFONAVIT y parte de mi retiro garantizado (¡Ajá!).
Siempre llama la atención a mucha gente que, cuando jovencito, me llevaba con personas años mayor que yo o que cuando adulto, me rodeaba de gente mucho más chica. Y el tema es que nunca tuve problema para adaptarme a unos o a otros en su forma de pensar, sentir y comportarse. Y eso me parecía muy peculiar. Hasta que hallé la respuesta: Soy Xennial.
De acuerdo a algunas definiciones, los Xennials somos la microsegmentación compacta que surge entre la generación X y los Millennials; los nacidos entre 1977 y 1983 y que, precisamente por eso, somos expertos conocedores de la era análoga y al mismo tiempo, nadie ha vivido mejor que nosotros el cambio hacia la era digital; nacidos sin Internet pero, ya como adultos, familiarizados totalmente con ésta y otras tecnologías. Por lo mismo, las ideas de antaño no van con nuestra generación bizarra y por eso, se dice que somos precursores de las ideas de igualdad en el matrimonio, los derechos de parejas del mismo sexo, la equidad de género y muchos otros temas sobre el respeto por las diferentes formas de ser y actuar.
¡Qué honor! ¡Se siente uno trascendente!
Anna Garvey, directora de una importante empresa de tecnología, dice que los Xennials tenemos una porción saludable del cinismo del grunge de la generación X y una pizca del optimismo de los Millennials. Por ahí leí también que, a diferencia de los primeros, nosotros vivimos más felices aunque no seamos tan seguros como los últimos. Y esas afirmaciones me dejan mucho que pensar y aún más por escribir.
No sé si reír o llorar, en realidad…
Al final de la historia la verdad es que, para este momento, me lo he tomado de la mejor manera: creo que es una fortuna haber nacido como parte de un enlace generacional. Estoy convencido que es un regalo de la vida y de Mercurio, quien nos dotó con súper poderes y un hígado de acero, para ser el nexo entre tan complicadas y diferentes maneras de ser. ¡Tenemos lo mejor de ambos universos! (Los bisexuales seguro me entenderán perfectamente).
Está bien. Corrijo: creo que me excedí en mi entusiasmo acerca de la fortuna que he corrido.
Pero eso, más bien, ustedes lo irán descubriendo conforme me lean y puedan sacar sus conclusiones. ¡Seguramente algún inconforme habrá! Sea de un lado o del otro.
(Y no es albur ni sigo hablando de bisexualidad, que conste).
Es por eso que les comparto toda esta información, de inicio: para que conozcan desde dónde vendrá el tratamiento que he de dar a mis historias a contar en las futuras publicaciones de esta sección. Seguramente terminarán comprobando que, de verdad, no soy normal. Nada puedo hacer ya. Lo lamento.
Sin embargo quisiera pedirles una cosa: no me tomen tan en serio. Lo único que intento es que nos divirtamos juntos en esta sección donde para todos hay. Algunas veces para unos, otras para los otros, a veces contra todos y normalmente entre ambos. Es la misión que nos fue dada: ser el “corre ve y dile” de nuestra era. Asumido está. Disfrutémoslo entonces.
Trataré de ser lo más imparcial posible y espero noten que nada es personal en mis opiniones aunque, de pronto, no resulta nada fácil ser el jamón de éste sandwich tan bizarro entre los X y los Millennials y luego con eso de que con nada se les da gusto!
¡Sean conscientes, por favor!
Bienvenidos sean a mi mundo y mi columna “Xennial News”. Espero la disfruten, la comenten y la compartan para que, justo, nos enriquezcamos todos con las diferentes formas de pensar.